Historia: Ya se apreciaba en China hace unos 2.200 años, en Europa no se usó hasta la Edad Media.

Planta: Esta especia, son los capullos inmaduros de un árbol de la familia del mirto, originario de las Islas Molucas, Indonesia.

Se recolectan justo antes de que se abran, cuando empiezan a rosear, así se consigue que sea de más calidad. Una vez recogidos, se dejan secar al sol o en cámaras de aire caliente hasta que han perdido dos tercios de su peso originario y su color se ha oscurecido hasta alcanzar su color característico.

Cocina: Es una de las especias con mayor contenido en aromas, que suele ser fuerte. Al probarlo es picante y ácido y deja sensación de frío en la boca. Estos efectos se suavizan al cocinarlo.

Es utilizado tanto en platos dulces como salados, añadido a guisos deja un sabor muy agradable aunque como todo, no se puede abusar de él pues puede apagar el resto de los sabores y aromas del plato que cocinemos.

Se debe conservar en frascos de cristal que sean opacos y que cierren herméticamente y, almacenarlo en un sitio fresco.

Curiosidad: Los cigarrillos indonesios pueden llevar hasta un 40% de clavo picado.

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